Conmemoran regiomontanos a la Virgen del Pilar

Este sábado 12 de octubre, la comunidad católica regiomontana conmemora una de las más antiguas advocaciones marianas del mundo: la devoción a la Virgen del Pilar.

Esta celebración tiene su origen en el Siglo I.

Cuentan la tradición, que alrededor del año 40 de nuestra era, estando aún en vida terrenal la Madre de Jesucristo, visitó tierras aragonesas; una noche a un costado del río Ebro el apóstol Santiago “el Mayor”, que se encontraba en la Península Ibérica predicando el Evangelio, se encontró con la Virgen María quien le pidió que, en ese lugar se le construyese una iglesia, en el sitio de la aparición quedó un pilar de jaspe que permanece en ahí hasta nuestros días.

Esta sería la primera de las milagrosas apariciones marianas acontecidas a lo largo de la historia en distintas partes del mundo, incluido México.

La devoción de los fieles en torno al pilar rápidamente creció y fue colocada en su parte superior una pequeña imagen de la Virgen María. Lamentablemente, nada queda de la primera imagen, ya que pereció en un incendio entre los años 1434 y 1435, aquel siniestro redujo a cenizas el retablo que había en la Capilla.

La imagen de la Virgen, que actualmente se encuentra sobre la columna de jaspe de 1.70 m. de altura y un diámetro de 24 cm y recubierta con plata repujada, es una talla en madera, de 36 cm de altura, labrada en el siglo XV, por Juan de la Huerta (según estudios de María del Carmen Lacarra). Representa a María como Reina y Madre, coronada, ataviado vestido gótico y con el niño Jesús en brazos.

Muchos siglos han pasado y distintas edificaciones han sido erigidas. Según las investigaciones actuales, en el siglo primero, hubo una capilla dedicada a la Virgen María (¿primer templo mariano del mundo cristiano?), a orillas del río y que con toda probabilidad se encontraba en el interior de una casa romana. En el siglo IV pasó a ser un templo de veneración pública.

Después fue una iglesia visigótica. Finalmente, el templo barroco de la actualidad sustituyó a un templo gótico anterior en los siglos XVI y XVII.

Debido al arribo de Cristóbal Colón, por primera vez, al Nuevo Continente, un 12 de octubre, día de la Virgen del Pilar; el Papa San Juan Pablo II, en 1984, reconoció a la Virgen del Pilar como “Patrona de la Hispanidad”.

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