Huracán 'Otis' deja 45 personas sin vida en Acapulco

El devastador paso del huracán "Otis", clasificado como categoría 5, ha dejado un saldo desgarrador en Acapulco, uno de los destinos turísticos emblemáticos de México. Según el último informe del Gobierno mexicano, el número de fallecidos ha aumentado a 45, con 47 personas aún desaparecidas, generando una profunda conmoción en la comunidad local y el país.

La gobernadora del estado de Guerrero, Evelyn Salgado, confirmó la trágica noticia durante una comunicación telefónica con el presidente Andrés Manuel López Obrador. Aunque inicialmente se reportaron 48 víctimas mortales, la fiscal del estado, Sandra Luz Valdovinos, verificó que 45 cuerpos han sido identificados y entregados a sus familias, mientras que 47 personas aún no han sido localizadas.

Entre los fallecidos se encuentran tres extranjeros: un estadounidense cuyo cuerpo ha sido repatriado, un británico y un canadiense cuyas familias aún no han reclamado los restos.

Los esfuerzos están en marcha para coordinar el traslado de los cuerpos de los extranjeros a sus países de origen, en colaboración con la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).

Las autoridades han intensificado las operaciones de búsqueda con 30 brigadas desplegadas en Acapulco y Coyuca de Benítez. Hasta ahora, estas operaciones han llevado al rescate de 152 personas, incluyendo dos ciudadanos suecos que estaban desaparecidos tras el paso del huracán "Otis".

El presidente López Obrador expresó sus condolencias a los familiares de las víctimas y a toda la comunidad afectada. Se comprometió a brindar todo el apoyo necesario para ayudar a Acapulco y a su pueblo a recuperarse lo antes posible.

El proceso de recopilación de datos sigue siendo lento debido a las difíciles condiciones que persisten en las áreas afectadas. Tras cinco días del impacto de "Otis", muchas zonas siguen incomunicadas, dificultando los esfuerzos de socorro y la evaluación completa de los daños. 

El huracán "Otis" pasó de tormenta tropical a huracán de categoría 5 en menos de 12 horas, convirtiéndose en uno de los ciclones más poderosos registrados en la historia del océano Pacífico.