Cárteles usan a civiles como escudos en frontera sur: Obispo
El obispo Jaime Calderón reifirío que civiles son usados en enfrentamientos entre grupos de crimen organizado que disputan el territorio fronterizo sur del país
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Julio
2024
Un obispo de la Iglesia católica del sur de México afirma que en la sierra fronteriza con Guatemala, la zona de donde huyeron esta semana casi 600 personas para refugiarse en territorio guatemalteco, la población civil fue obligada a “participar como escudos humanos” en los enfrentamientos entre los grupos del crimen organizado que se disputan esa región.
El obispo emérito de la diócesis de Tapachula, Jaime Calderón, en un escrito fechado el miércoles, indicó que a la dolorosa situación en la que ya vivía esa región, con sus habitantes “secuestrados” en sus comunidades y obligados a pagar extorsiones o a estar en los retenes viales impuestos por los criminales, se unió en las últimas fechas el "ser amedrentados, amenazados y obligados a participar como escudos humanos en los enfrentamientos de los cárteles de la droga”.
Según el comunicado, esto pasó el 20 y 22 de julio, aunque no mencionó comunidades concretas.
El presidente guatemalteco, Bernardo Arévalo, confirmó el miércoles la llegada a su país de familias mexicanas refugiadas que huían de la violencia. Hasta ahora, los servicios de atención de Guatemala atendían al menos a unas 580 personas, niños, mujeres, hombres y ancianos que cruzaron la frontera desde México al país vecino en busca de refugio.
Llegaron a varios puntos del municipio de Cuilco, en el departamento de Huehuetenango, desde el martes 23 de julio, un día después de la fecha mencionada en el comunicado del obispo.
Las autoridades mexicanas no se han pronunciado hasta el momento sobre los hechos. La Secretaria de Seguridad de Chiapas dijoque no había recibido reportes de incidentes en la zona y ni el gobierno del Estado ni la Cancillería mexicana respondieron a solicitudes de comentario.
Según un documento de las autoridades guatemaltecas, los desplazados indicaban que abandonaron sus hogares ante la escasez de alimentos y la violencia entre grupos del crimen organizado.
El Cártel de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generación llevan más de un año luchando por el control de las rutas de tráfico de migrantes, drogas y armas en Chiapas, el estado mexicano más pobre, que conecta con Centroamérica y donde el crimen está utilizando conflictos locales para dividir a las comunidades.
Pero la situación de violencia no dejó de incrementarse y a los asesinatos, las desapariciones y el cobro de extorsiones, que dejaron a población en una situación económica crítica, se une ahora que los civiles se vean obligados a convertirse en escudos humanos.
Según denunció Calderón, los militares reciben órdenes del gobierno para tener “presencia en el territorio sin intervenir para proteger a la población” y los cárteles “nos quieren someter al silencio”, amenazando a la población para que "no se sepa ni se crea lo que estamos viviendo y sufriendo día a día”.
Frente a esa realidad pidió de levantar la voz y luchar por la unidad en las comunidades, dividas por los criminales. “No nos quedemos callados”, exhortó.
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