Internacional

Venezuela y petrolera Repsol revisan agenda de cooperación

El presidente Nicolás Maduro se reunió el lunes con directivos de la petrolera española Repsol en un momento de tensiones entre Venezuela y España

  • Por: AP
  • 23 Septiembre 2024, 22:46

El presidente Nicolás Maduro se reunió el lunes con directivos de la petrolera española Repsol en un momento de tensiones entre Venezuela y España, luego de las críticas de miembros del gobierno español a raíz de las polémicas elecciones presidenciales venezolanas y la decisión de ese país europeo de acoger en asilo al excandidato presidencial Edmundo González.

Maduro recibió en el palacio de gobierno al director ejecutivo internacional de exploración y producción, José Carlos de Vicente Bravo, y al jefe de su filial en Venezuela, Luis García Sánchez.

“Tuve una buena reunión hoy", dijo Maduro durante su programa semanal de radio y televisión, sin dar detalles. "Con España tenemos extraordinarias perspectivas de desarrollo”.

Los directivos de Repsol también sostuvieron una reunión de trabajo con la vicepresidenta ejecutiva de la república, Delcy Rodríguez, quien además es ministra de petróleo, durante la cual revisaron las alianzas estratégicas que mantienen Repsol y la corporación estatal Petróleos de Venezuela. S.A. (PDVSA).

En diciembre pasado, el gobierno de Maduro y Repsol suscribieron un acuerdo que modificó los términos y condiciones de las operaciones conjuntas en este país sudamericano.

El acuerdo marco para la administración de la Empresa Mixta Petroquiriquire establece “las bases que permitirán mejorar la ejecución de las actividades” de producción de crudo de la empresa mixta, en la que Repsol tiene una participación accionaria de 40%.

Según cifras estimadas por operadores petroleros independientes, Petroquiriquire produce en la actualidad unos 20,000 barriles de petróleo diarios y 40 millones de pies cúbicos de gas.

El acuerdo apunta a una ampliación de las operaciones de producción de crudo, informó PDVSA entonces.

El encuentro entre Maduro y los ejecutivos de Repsol se llevó a cabo dos semanas después de que la presencia de González en España tensó las relaciones entre Madrid y Caracas, al punto que Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela y cercano colaborador de Maduro, pidió el 11 de septiembre “que se rompan de inmediato todas las relaciones diplomáticas, todas las relaciones comerciales”.

“Que se vayan de aquí todos los representantes de la delegación del gobierno de España y nos traemos a los nuestros”, enfatizó Rodríguez, también jefe de la campaña presidencial de Maduro, en una intervención ante el Congreso unicameral, en la que pidió que “todas las actividades de índole comercial de empresas españolas sean cerradas de inmediato”. Pero el gobierno de Maduro parece obrar en sentido contrario a esa propuesta.

La Asamblea Nacional, de abrumadora mayoría oficialista, anunció la semana pasada la postergación del debate para solicitar oficialmente al gobernante la ruptura de relaciones, citando razones de agenda. No se anunció una fecha para retomar el tema.

El jefe legislativo venezolano propuso la ruptura después que el parlamento español aprobó una resolución promovida por la mayoría conservadora para instar al gobierno de Pedro Sánchez a reconocer a González como presidente “legítimo” de Venezuela tras las disputadas elecciones del 28 de julio.

Maduro fue declarado ganador por el organismo electoral, pero esos comicios fueron cuestionados por falta de transparencia y de verificación independiente. El gobierno español —entre otros en Europa y Latinoamérica— han reclamado a Maduro que haga públicas las actas de la votación antes de reconocer al vencedor de los comicios.

Las actas de recuento recogidas por voluntarios de la oposición en más de dos tercios de las máquinas de votación electrónicas indican que González le ganó a Maduro por un margen de más de 2 a 1. Pero el Consejo Nacional Electoral (CNE), controlado por funcionarios afines al gobierno, asegura que Maduro obtuvo 6,4 millones de votos frente a los 5,3 millones del opositor. Organismos y observadores internacionales han puesto en duda la independencia e imparcialidad del CNE.

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