Ganó las elecciones presidenciales… ¡siendo Donald Trump!

El expresidente Donald Trump se abrió camino hacia la Casa Blanca al insistir en las mismas cosas que, según los demócratas, lo hacían no apto para regresar a la Oficina Oval.

A lo largo de la campaña de Trump, el candidato del Partido Republicano fue grandilocuente, profano y en muchas ocasiones lo llamaron ‘‘mentiroso’’. Pero, nada de eso importó en las urnas.

Trump también hizo lo que mejor sabe hacer: conectó con las multitudes, pasó al ataque y ofreció una visión clara a los votantes.

El esfuerzo del Partido Demócrata y de la vicepresidenta Kamala Harris por destacar las palabras y acciones de Trump y retratarlo como un peligro para el país no logró aflojar el control del expresidente sobre el electorado.

Los problemas legales de Trump, en lugar de obstaculizar su candidatura, impulsaron las donaciones.

Los votantes estadounidenses que buscan un cambio de suerte apostaron por las promesas de Trump de impulsar la economía estadounidense, bajar los precios y los impuestos, resolver los conflictos extranjeros y poner fin a la inmigración ilegal.

El líder del Partido Republicano se presentó con éxito como un luchador que esquivó por los pelos la bala de un asesino y como una víctima de los oponentes políticos, los medios de comunicación y los llamados adversarios del estado profundo.

Amplió su apoyo entre los votantes negros y latinos, así como entre los hombres jóvenes, construyendo una coalición que fortalecerá al partido en el futuro.

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