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Internacional

Fiscal de CPI que acusó a Netanyahu enfrenta denuncia

Karim Khan fue acusado de haber intentado coaccionar a una ayudante para mantener una relación sexual y de haberla manoseado contra su voluntad


  • 25
  • Octubre
    2024

Al tiempo que el fiscal jefe de la Corte Penal Internacional presentaba este año cargos por presuntos crímenes de guerra contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, por las acciones de Israel en Gaza, él mismo estaba inmerso en una crisis personal muy distinta entre bambalinas.

Karim Khan fue acusado de haber intentado, durante más de un año, coaccionar a una ayudante para mantener una relación sexual y de haberla manoseado contra su voluntad. El fiscal ha negado rotundamente las acusaciones y afirmó que “no hay nada de cierto en las sugerencias de mala conducta”.

Funcionarios judiciales apuntaron que podrían formar parte de una campaña de desprestigio de los servicios de inteligencia israelíes.

Dos compañeros de trabajo en quienes la mujer confió en la sede de la CPI en La Haya reportaron la supuesta conducta indebida a principios de mayo ante el organismo de control independiente del tribunal, que señaló que entrevistó a la mujer y cerró su investigación cinco días después cuando ella optó por no presentar una denuncia formal. Khan no llegó a ser interrogado.

Pero el caso podría no haber terminado.

Aunque la mujer rechazó hacer declaraciones a The Associated Press, personas cercanas a ella afirman que sus reticencias iniciales se debían a la desconfianza en el organismo de control de la entidad y ha pedido a la entidad que supervisa la CPI, formada por los Estados miembro, que inicie una investigación interna. Un funcionario de la CPI con conocimiento del asunto, que habló con la AP bajo condición de anonimato, confirmó que su solicitud seguía en estudio.

Estos esfuerzos fueron aplaudidos por personas próximas a la mujer, que sigue trabajando en la Corte.

“No se trataba de un acercamiento puntual o de un brazo alrededor del hombro que pudiese ser malinterpretado”, contó a la AP una de esas personas, que habló bajo condición de anonimato para proteger la identidad de la mujer.

“Se trataba de un patrón de conducta repetido que se llevó a cabo durante un largo periodo”.

Aunque el organismo de control de la CPI no pudo determinar la existencia de irregularidades, en un informe instó a Khan a reducir su contacto con la mujer para proteger los derechos de todos los implicados y salvaguardar la integridad de la institución.

Días después del archivo de la causa, el trabajo de la CPI continuó con normalidad. El 20 de mayo, Khan solicitó órdenes de detención contra Netanyahu, su ministro de Defensa y tres dirigentes de Hamás por crímenes de guerra. Un panel formado por tres jueces está estudiando la petición.

El gobierno de Estados Unidos se mostró sorprendido por el pedido y su presidente, Joe Biden, calificó la acusación de “escandalosa” por implicar una equivalencia entre Israel y Hamás.

Al anunciar los cargos, Khan insinuó que fuerzas externas estaban llevando a cabo una campaña para hacer fracasar su investigación.

“Insisto en que todos los intentos de obstaculizar, intimidar o influir de forma indebida en los funcionarios de este tribunal deben cesar de inmediato”, dijo el fiscal, y agregó que no dudará en utilizar su autoridad para investigar a cualquier sospechoso de obstrucción de la justicia.

Las acusaciones

La AP reconstruyó los detalles de las acusaciones mediante documentos de denuncia compartidos con el organismo independiente de vigilancia del tribunal y entrevistas con ocho funcionarios de la CPI y personas cercanas a la mujer. Todos hablaron con la condición de mantener el anonimato dada la naturaleza sensible de las acusaciones o por miedo a represalias.

Entre las acusaciones relatadas a la AP está la de que Khan notó que la mujer trabajaba en otro departamento de la CPI y la trasladó a su oficina, una transferencia que incluyó un aumento salarial. Presuntamente, el tiempo que pasaron juntos se incrementó tras una cena privada en Londres, donde Khan tomó a la mujer de la mano y se quejó de su matrimonio. Ella estuvo presente en viajes oficiales y reuniones con dignatarios.

En uno de sus viajes, Khan presuntamente le pidió que descansara con él en la cama de un hotel y después “la tocó sexualmente”, según los documentos. Más tarde, fue a la habitación de ella a las 3:00 de la mañana y tocó la puerta durante 10 minutos.

Otra presunta conducta no consentida mencionada en los documentos incluyó cerrar con llave la puerta de su oficina y meter la mano en el bolsillo de ella. Presuntamente, también le pidió en varias ocasiones que vacacionaran juntos.

Al volver a las oficinas de la CPI después de un viaje, ella se quejó entre lágrimas con dos compañeros de trabajo sobre la conducta de Khan y de la angustia que sintió por no haber confrontado a un jefe al que alguna vez admiró.

Los compañeros de trabajo se mostraron sorprendidos porque Khan siempre pareció mostrar una conducta ejemplar hacia las mujeres y ha levantado la voz contra los delitos de género. También ponderaron las acusaciones teniendo en cuenta los publicitados intentos de agentes de inteligencia de Israel y de otros países para penetrar la Corte, los cuales han generado un ambiente de trabajo plagado de intriga y desconfianza.

Tras el movimiento #MeToo, ningún hombre poderoso está por encima del escrutinio, y los compañeros de trabajo cumplieron con los lineamientos de trabajo del tribunal, que exhortan a reportar las conductas inapropiadas de funcionarios de alto nivel.

Khan, que tiene 54 años, está casado y tiene dos hijos, sostuvo en un comunicado que las acusaciones “no eran ciertas” y que en 30 años de trabajo de investigación libre de escándalos siempre ha apoyado a las víctimas de acoso y abuso sexual.

Khan se dijo dispuesto, si se le solicita, a cooperar con cualquier pesquisa y añadió que resulta esencial que cualquier acusación “sea escuchada, examinada y sometida a un proceso adecuado”.

Sin nombrar directamente a ninguna entidad, señaló que tanto él como el tribunal han sido objeto en los últimos meses de “una amplia gama de ataques y amenazas”, algunos también dirigidos a su esposa y su familia. La oficina de Khan se negó a proporcionar detalles porque los incidentes están bajo investigación.

Una lista creciente de enemigos

Bajo la dirección de Khan, la CPI se ha vuelto más asertiva en el combate contra los crímenes de lesa humanidad, los crímenes de guerra y las atrocidades conexas. En el camino, la lista de enemigos ha sido cada vez mayor.

En septiembre pasado, tras la apertura de una pesquisa sobre las atrocidades rusas en Ucrania, la CPI sufrió un debilitante ciberataque que impidió al personal trabajar durante semanas. También contrató a un pasante que luego fue acusado penalmente en Estados Unidos de ser un espía ruso.

Israel también ha estado librando su propia campaña de influencia desde que la CPI reconoció a Palestina como miembro y en 2015 abrió una investigación preliminar sobre lo que el tribunal denominó “la situación en el Estado de Palestina”.

El periódico londinense The Guardian y varios medios de comunicación israelíes publicaron este verano que durante la última década las agencias de inteligencia de Israel supuestamente han ido tras funcionarios de alto rango de la CPI, incluso poniendo bajo vigilancia a la predecesora de Khan y presentándose en su casa con sobres llenos de dinero en efectivo con el fin de desacreditarla.

El propio Netanyahu, en los días previos al anuncio de Khan de los cargos por crímenes de guerra, pidió a las democracias del mundo “que utilicen todos los medios a su disposición” para bloquear al CPI ante lo que llamó un “ultraje de proporciones históricas”.


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