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Internacional

'Entre detenernos y dejarlo ir', consideraron médicos del papa

Tras la crisis respiratoria que sufrió el pontífice, su equipo médico consideró la posibilidad de suspender el tratamiento, pero siguieron con curso intensivo


  • 25
  • Marzo
    2025

El equipo médico del papa Francisco consideró brevemente la posibilidad de suspender el tratamiento tras la crisis respiratoria que sufrió el pontífice el 28 de febrero, pero en su lugar decidió seguir un curso agresivo que puso en riesgo sus órganos, dijo el médico que coordina la atención hospitalaria del papa en una entrevista publicada el martes.

El doctor Sergio Alfieri afirmó que el pontífice, de 88 años, y las personas cercanas a él entendieron “que podría no sobrevivir la noche” después del ataque de broncoespasmo durante el cual el papa inhaló vómito.

“Necesitábamos elegir entre detenernos y dejarlo ir, o seguir adelante y probar con todos los medicamentos y tratamientos posibles, asumiendo el altísimo riesgo de dañar otros órganos”, comentó Alfieri al diario milanés Corriere della Sera. “Al final, ese fue el camino que elegimos”.

Francisco fue dado de alta el pasado domingo tras 38 días de tratamiento por neumonía doble, y los médicos le ordenaron observar dos meses de convalecencia durante los cuales debería evitar grandes reuniones. El papa lucía débil y frágil cuando saludó a la multitud fuera del hospital Gemelli antes de su alta.

El Vaticano ha dicho que no se sabe si el papa se reunirá con el Rey Carlos III en una visita de estado al Vaticano el próximo mes, o en alguna actividad de Semana Santa antes de la Pascua, el 20 de abril.

Alfieri señaló que el papa se mantuvo “alerta” durante todo el suplicio del 28 de febrero, y que su asistente personal de atención médica, Massimiliano Strappetti, “quien conoce perfectamente los deseos del pontífice”, les instó a “intentar todo. No se rindan”.

Alfieri reconoció que el tratamiento presentaba el riesgo de dañar los riñones y la médula ósea del papa, “pero continuamos, y su cuerpo respondió a los tratamientos y la infección pulmonar mejoró”.

El boletín médico de esa noche indicó que el papa había sufrido un broncoespasmo tan severo que inhaló vómito “empeorando su cuadro respiratorio”. Los médicos utilizaron una aspiración no invasiva para despejar sus vías respiratorias.

Tres días después, en una segunda crisis de vida o muerte, el papa sufrió un par de episodios agudos de broncoespasmos. Los médicos utilizaron un tubo con cámara y un dispositivo para eliminar un tapón de moco que produjo abundantes secreciones. En el boletín se enfatizó que el papa “siempre permaneció alerta, orientado y colaborativo”.

Alfieri dijo que creía que las oraciones por el papa ayudaron a mantenerlo con vida, algo que, según el médico, está respaldado por la literatura científica.

“En este caso, todo el mundo estaba rezando. Puedo decir que dos veces la situación parecía perdida, y luego sucedió como un milagro”, expresó el médico, y añadió que “por supuesto, él fue un paciente muy cooperativo”.


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