Assange va a las islas Marinas tras acuerdo con justicia de EUA
La cuenta oficial de WikiLeaks informó que Assange iba rumbo a Saipán, la capital de las Islas Marianas del Norte, donde tiene una audiencia el miércoles
- Por: AP
- 25 Junio 2024, 11:53
Un avión con el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, a bordo salió de Bangkok el martes tras repostar y va rumbo a Saipán para un acuerdo de culpabilidad con el gobierno estadounidense que lo dejará libre y resolverá el caso legal sobre la publicación de un lote de documentos clasificados.
El vuelo fletado desde Londres, que la esposa de Assange, Stella, confirmó que llevaba a su marido, partió del Aeropuerto Internacional Don Mueang, según el sitio de rastreo de vuelos Flightradar24.
La cuenta oficial de WikiLeaks en la red social X informó que Assange iba rumbo a Saipán, la capital de las Islas Marianas del Norte, un territorio libre asociado estadounidense, donde Assange tiene programada una audiencia judicial el miércoles.
Se prevé que Assange se declarará culpable de violar el Acta de Espionaje al conspirar para obtener y propagar ilegalmente información clasificada de defensa nacional, según una carta del Departamento de Justicia de Estados Unidos presentada ante tribunales.
Se espera que Assange regresara a su país natal, Australia, tras su declaración y sentencia. La audiencia se celebrará en Saipán debido a la oposición de Assange a viajar al territorio continental de Estados Unidos y a la proximidad del tribunal con Australia.
Las autoridades judiciales británicas confirmaron que Assange salió del Reino Unido el lunes en la noche tras recibir libertad bajo fianza en una audiencia secreta la semana pasada.
“Trece años y medio y dos solicitudes de extradición después de ser arrestado, Julian Assange salió del Reino Unido ayer, tras una audiencia sobre su fianza el jueves pasado, que se realizó en privado a solicitud suya”, dijo Stephen Parkinson, fiscal general para Inglaterra y Gales.
La declaración de culpabilidad, que debe ser aprobada por un juez, pone fin de forma repentina a un caso penal de intriga internacional y a la persecución que durante años ha llevado a cabo el gobierno de Estados Unidos contra un editor cuyo popular sitio web de intercambio de información secreta lo convirtió en un ídolo para muchos defensores de la libertad de prensa que afirmaban que actuaba como periodista para sacar a la luz delitos cometidos por el ejército de Estados Unidos. Los investigadores, por el contrario, han afirmado en repetidas ocasiones que sus acciones infringieron leyes destinadas a proteger información delicada y pusieron en peligro la seguridad nacional de Estados Unidos.
Stella Assange dijo a la BBC desde Australia que hubo mucha incertidumbre en las últimas 72 ahora sobre si el acuerdo se realizaría, pero que se sintió “eufórica” al enterarse de la noticia. La esposa, una abogada que se casó con el fundador de WikiLeaks en prisión en 2022, dijo que los detalles del acuerdo se harán públicos una vez sean ratificados por un juez.
“Él será un hombre libre una vez que el acuerdo sea ratificado por un juez”, dijo la esposa, añadiendo que todavía no podía creer que es real.
La esposa colocó un mensaje en X diciendo que Assange le deberá 520 mil dólares al gobierno australiano por el vuelo fletado, y pidió donaciones para poder pagarlo.
Kristinn Hrafnsson, editora de WikiLeaks, dijo que el acuerdo se realizó tras el creciente involucramiento del primer ministro australiano Anthony Albanese.
“Esto es resultado de un proceso muy, muy largo que lleva tiempo en curso. Ha sido una batalla difícil, pero el enfoque ahora es que Julian pueda regresar con su familia”, dijo Hrafnsson a la agencia noticiosa PA.
En un comunicado publicado en X, WikiLeaks dijo que Assange subió a un avión y partió de Reino Unido el lunes después de salir de la prisión británica. WikiLeaks celebró el anuncio del acuerdo, y dijo que estaba agradecida por “todos los que estuvieron a nuestro lado, lucharon por nosotros, y se mantuvieron totalmente comprometidos en la lucha por su libertad”.
Albanese dijo al Parlamento que un enviado de Australia había volado con Assange desde Londres.
“Al margen de la opinión que tenga la gente sobre la actividad del señor Assange, el caso se ha alargado demasiado. Su encarcelamiento continuado no aporta nada y le queremos de vuelta en Australia”, añadió Albanese.
El acuerdo garantiza que Assange admitirá su culpabilidad, al tiempo que le libra de cualquier pena de prisión adicional. Se prevé que Assange sea sentenciado a los cinco años que ya ha pasado en una prisión británica de alta seguridad, donde además ha luchado para evitar su extradición a Estados Unidos para hacer frente a los cargos, un proceso que se ha desarrollado en una serie de audiencias en Londres.
El mes pasado, Assange ganó el derecho a apelar una orden de extradición después de que sus abogados argumentaran que el gobierno de Estados Unidos había dado garantías “manifiestamente inadecuadas” de que tendría las mismas protecciones de libertad de expresión que un ciudadano estadounidense si era extraditado desde Reino Unido.
Assange ha sido aclamado por muchos en todo el mundo como un héroe que reveló crímenes militares en Irak y Afganistán. Entre los archivos publicados por WikiLeaks figuraba un video de un ataque con helicópteros Apache perpetrado en 2007 por las fuerzas estadounidenses en Bagdad, en el que murieron 11 personas, entre ellas dos periodistas de Reuters.
Su reputación se vio empañada por las acusaciones de violación, que ha negado.
La acusación del Departamento de Justicia desclasificada en 2019 acusaba a Assange de instar y ayudar a la analista de inteligencia militar estadounidense Chelsea Manning a robar despachos diplomáticos y archivos militares que WikiLeaks publicó en 2010. La fiscalía acusó a Assange de dañar la seguridad nacional al publicar documentos que perjudicaron a Estados Unidos y sus aliados y asistieron a sus adversarios.
El caso fue fustigado por activistas de libertad de prensa y partidarios de Assange. Los fiscales federales lo defendieron, insistiendo que se trató de una conducta que excedió el deber de un periodista de recabar información, en un intento por solicitar, robar y publicar indiscriminadamente documentos oficiales clasificados.
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