Economía de México va 'viento en popa'... pero ¡hay riesgos!

Ante el auge de la economía de México no vista en años e impulsada un alza del consumo derivada por el encierro de la pandemia en años anteriores, analistas ya anticipan algunos riesgos para la expansión que se vive el país.

Y es que, de acuerdo con datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) durante el tercer trimestre de 2023, la economía tuvo un aumento anual de 3.3 por ciento.

Esta cifra fue mayor al 3% que anticipaba para el trimestre el sector privado en septiembre.

Así, la actividad económica nacional ha mostrado un mejor desempeño de lo esperado, por lo que las expectativas de crecimiento para 2023 del sector privado se ajustaron al alza: pasando de 0.9% en diciembre de 2022 a 3.2% (estimado en septiembre de 2023).

Los expertos destacan que durante el periodo de análisis, el impulso de la actividad económica de México provino tanto por su demanda interna como por la externa.

Por parte del entorno externo añaden que aún cuando la actividad productiva en Estados Unidos ha perdido dinamismo, las exportaciones mexicanas hacia aquel mercado han sido positivas.

En tanto que por el lado interno, el mercado laboral continuó con la generación de empleo y se elevaron los salarios en términos reales, lo que ha fortalecido el consumo interno; aunque este último también ha estado apoyado por el crecimiento del crédito y la llegada de las remesas familiares.

Mientras que la inversión elevó su dinamismo, impulsada por un aumento en las adquisiciones de maquinaria y equipo; en tanto que, la inversión pública también aumentó, resultado del avance de las diversas obras públicas, explican.

No obstante, pese a estos avances y puntos favorables para que la economía mexicana alcance un crecimiento de 3% o de 3.5% durante 2023, la actividad productiva deberá tener un incremento de 1.4% o de 2.2% en el cuarto trimestre de este año. Es de señalar que el sector privado anticipa un aumento de 2.3% para dicho periodo.

Al respecto, el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) señala que existe la posibilidad de que la economía podría desacelerar gradualmente ante el menor desempeño previsto de la actividad productiva global causada por la persistencia de tasas interés elevadas y por el agotamiento de los ahorros extraordinarios generados por los hogares en economías desarrolladas durante la pandemia.

Se advierte que el fenómeno de relocalización de cadenas productivas a nivel mundial (nearshoring) contribuya aún más a la expansión local.

Sin embargo, estiman que para la última parte del presente año, la economía nacional se enfrenta a un entorno externo incierto y volátil, dado que los riesgos para el crecimiento mundial siguen sesgados a la baja.

Dentro de los peligros que acechan la actividad económica, destacan aquellos derivados de las tensiones geopolíticas que generan incertidumbre acerca de la duración y alcance de eventos tales como la guerra en Ucrania o el reciente conflicto entre Israel y Gaza.

A eso se le suma los riesgos de fragmentación comercial y financiera en bloques geoestratégicos.

Dicha fragmentación tendría un impacto negativo en el comercio internacional y el crecimiento global, advirtieron los especialistas.