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Hot yoga: desintoxica tu cuerpo y mejora tu bienestar mental
El hot yoga se practica en salas calientes, combina estiramiento, fortalecimiento y concentración para mejorar la flexibilidad y reducir el estrés
- 30
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Enero
2025
El hot yoga es una disciplina que se ha ganado popularidad por su capacidad para mejorar la flexibilidad, reducir el estrés y promover la desintoxicación del cuerpo. Esta variante del yoga tradicional se practica en una sala calentada a temperaturas elevadas, generalmente entre 35 y 40 grados, con una humedad controlada que puede alcanzar hasta el 40%.
La combinación de posturas clásicas del yoga (asanas) con la sudoración intensa resulta beneficiosa para eliminar toxinas a través del sudor, mientras que también mejora la concentración mental y la flexibilidad.
Este tipo de yoga se originó en la década de 1970 gracias a Bikram Choudhury, un yogui indio que desarrolló una serie de 26 posturas que se practican en una sala climatizada. Aunque el Bikram Yoga fue el primer estilo de hot yoga, hoy en día existen muchas variantes que no siguen estrictamente las secuencias de Bikram, pero mantienen la característica de la práctica en ambientes cálidos.
El hot yoga es un ejercicio integral que trabaja todos los grupos musculares, ayudando a estirar, fortalecer y equilibrar el cuerpo de manera uniforme. Las posturas de pie enfocan el trabajo en las piernas, glúteos y core, mientras que las posturas de equilibrio y torsión mejoran la movilidad y fortalecen la columna vertebral. Las posturas en el suelo, por su parte, trabajan la flexibilidad y fuerza en la parte superior del cuerpo y el core (músculos abdominales, lumbares, de la pelvis, glúteos y musculatura profunda de la columna).
La práctica regular mejora la flexibilidad, la fuerza y la resistencia cardiovascular. La alta temperatura de la sala ayuda a aumentar la elasticidad de los músculos y articulaciones, lo que permite un mayor rango de movimiento y previene lesiones. Además, el sudor excesivo durante la sesión facilita la eliminación de toxinas a través de la piel.
Adaptación al entrenamiento
Para quienes se inician en el hot yoga, se recomienda asistir entre dos y tres veces por semana, aumentando gradualmente la frecuencia a medida que el cuerpo se adapta al calor y la intensidad de las posturas. Las sesiones suelen durar entre 60 y 90 minutos. Al ser una práctica basada en la respiración y la técnica, no hay un número específico de repeticiones de cada postura; se mantienen durante varios ciclos de respiración según las indicaciones del instructor.
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