El glaucoma, una enfermedad silenciosa que puede causar ceguera
Se trata de una enfermedad que daña el nervio óptico, progresa sin síntomas evidentes y puede conducir a la pérdida total de la visión sin un diagnóstico precoz

- Por: El Horizonte
- 17 Marzo 2025, 00:19
El glaucoma es una enfermedad ocular caracterizada por el aumento de la presión intraocular (presión del líquido que se encuentra dentro del ojo), y por lesión del nervio óptico (grupo de fibras nerviosas que trasladan mensajes visuales al cerebro), y que puede acabar en una pérdida parcial o total de visión.
“En condiciones normales, una parte del interior del ojo está llena de un líquido transparente llamado humor acuoso, que se va renovando continuamente, pero que a veces no se elimina correctamente produciéndose un exceso de fluido”, explica José Ramón García Baena, optometrista.
“El humor acuoso se drena a través de una zona llamada trabécula, a la cual nos referimos cuando hablamos del ‘ángulo de drenaje’. Si ese ángulo es muy pequeño, el drenaje no funciona correctamente y el fluido se acumula”, detalla el especialista.
“Cuando la producción y eliminación de humor acuoso es correcta (los fluidos de nuestros ojos están en equilibrio), la presión ocular se mantiene constante. Pero si la eliminación del líquido no se produce de manera efectiva, se produce un aumento de la presión intraocular, que daña el nervio óptico, creando zonas ciegas en nuestra visión”, apunta García Baena. (Con información de Agencias)
Primeras fases asintomáticas
Una de las características del glaucoma es su capacidad para desarrollarse sin síntomas muy evidentes en las fases iniciales.
“Pero a medida que la dolencia avanza, pueden aparecer señales que pueden alertar de su presencia, como pérdida progresiva de la visión periférica; dificultad para ver en ambientes oscuros o con poca luz; visión borrosa y halos alrededor de las luces; y dolor ocular y enrojecimiento”, comparte García Baena.
¿Qué aumenta las probabilidades de desarrollar glaucoma?
- El aumento de la edad, a partir de los 40 años.
- Los factores hereditarios, antecedentes familiares de esta enfermedad.
- La presión intraocular elevada de forma habitual.
- Las condiciones médicas asociadas, diabetes y problemas cardiovasculares.
- Los problemas refractivos, miopía o hipermetropía.
- El uso prolongado de medicamentos corticoides.
"Es vital realizar exámenes regulares para detectar cualquier anomalía en la presión ocular. La prevención es la mejor estrategia ante el glaucoma y el seguimiento continuo es la clave para intentar preservar una buena salud visual” dijo el optometrista José Ramón García Baena.
La importancia de las revisiones preventivas
“El carácter asintomático de la enfermedad en sus primeras fases hace que la mitad de los pacientes desconozca su diagnóstico, lo que retrasa el inicio del tratamiento y eleva el riesgo de ceguera” explica la doctora Sara Hernández, oftalmóloga y experta en glaucoma.
“Los especialistas recomiendan las revisiones oftalmológicas periódicas a partir de los 40 años, e incluso antes, con el objetivo de diagnosticarlo en sus primeras fases y frenar su progresión”, recalcó Hernández.
“El problema del glaucoma no es sólo su alta prevalencia (en torno al 3% de la población), sino el desconocimiento de los pacientes”, lo que conduce a que “la mitad de las personas afectadas no sabe que tiene la enfermedad hasta que han perdido parte de su visión de forma irreversible”, señaló la especialista.
“La detección precoz es la mejor herramienta para preservar la calidad de vida y evitar complicaciones graves”, enfatizó.
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