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Estilo de Vida

El Capricho de Gaudí celebra 140 años como joya modernista

El Capricho de Gaudí, una de sus primeras obras, cumple 140 años destacando por su originalidad, con 6,000 girasoles y un diseño orientado al sol


  • 20
  • Marzo
    2025

Una de las joyas arquitectónicas del modernismo, el Capricho de Comillas, cumple 140 años desde que Antoni Gaudí (1852-1926) lo construyó con innumerables motivos decorativos de la naturaleza, entre ellos, más de 6,000 girasoles y música, con elementos de forja que su autor diseñó en clave de sol.

El Capricho de Gaudí es especial por ser la primera casa acabada del arquitecto, que le atribuye valor y características singulares. El artista catalán la diseñó para seguir al Sol y capturar la luz.

Este edificio es una obra temprana de un joven Gaudí de apenas 30 años, que consiguió crear este particular girasol arquitectónico donde función y forma se integran de manera perfecta, ya que cada estancia se ubica en función a la posición que ocupa respecto al Sol.

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Se trata de una de las pocas obras del arquitecto que se pueden disfrutar fuera de Cataluña. Y junto con la Casa Vicens de Barcelona, es una de sus trabajos más antiguos.

Los colores, la montaña y el mar están integrados en esta obra arquitectónica. Llamada originalmente Villa Quijano, fue construida en Comillas a finales del siglo XIX por Gaudí, para Máximo Díaz de Quijano, abogado y concuñado del marqués de Comillas, Antonio López y López, quien promovió una revolución arquitectónica en la villa.

Tras su construcción, en 1975, el Ayuntamiento de Reus (Tarragona), ciudad natal de Gaudí, quiso comprar El Capricho para trasladarlo piedra a piedra al nuevo parque de Sant Jordi.

Tras no conseguirlo, Pilar Güell Martos, la última descendiente de los López-Díaz de Quijano, vendió la propiedad al empresario Antonio Díaz por 2.5 millones de euros.

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Sus hijos, Antonio y Ernesto, se hicieron cargo del inmueble y fue inaugurado como restaurante con el nombre de El Capricho de Gaudí en 1988, tras unas obras de rehabilitación que costaron casi 50 millones de euros.

En 1992 la compañía japonesa Mido Development adquirió el edificio por unos 130 millones de euros y lo convirtió en otro restaurante. No fue hasta el 2009 cuando se transformó en un museo, que abrió sus puertas al público en julio de 2010 hasta la actualidad.


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