Distingue UANL a Joan Manuel Serrat como Doctor Honoris Causa

Por sus valiosas contribuciones a la música a nivel mundial, como autor, compositor y cantante, la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) otorgó la distinción académica de Doctor Honoris Causa a Joan Manuel Serrat. 

Durante la Sesión Solemne del Honorable Consejo Universitario, presidida por el Rector de la UANL, Santos Guzmán López, se reconoció al cantautor español, quien recibió la estola, la medalla y el birrete.

Además, el artista asistió a la develación de una placa con su nombre en la Sala de Distinciones, del Teatro Universitario. 

“La Universidad distingue al artista, cuya voz y lírica han cruzado fronteras, idiomas y generaciones, tocando los corazones de miles de personas”, expresó el Rector, “La Universidad, en su compromiso con la excelencia y la promoción de los valores humanísticos, se honra en reconocer a Joan Manuel Serrat, símbolo de integridad, sensibilidad y compromiso social, valores que también son el fundamento de nuestra misión educativa”.

Agregó que a lo largo de su trayectoria, Serrat ha utilizado su plataforma musical para abordar asuntos sociales y políticos, convirtiéndose en una voz importante en la lucha por la libertad y todo lo que de ella emana: tolerancia, justicia, respeto, democracia y una profunda conciencia social que permite formar un pensamiento crítico.

“Nuestra Universidad se enaltece al reconocerlo, no sólo como el brillante músico y compositor que es, sino también por el ser humano íntegro y comprometido que siempre ha sido. El suyo es un ejemplo de la importancia de la valentía y la coherencia que nos inspira a seguir buscando la flama de la verdad y construir un mundo más justo, armónico y más bello”, proclamó.

El doctorado honoris causa es una distinción académica que brinda la UANL a aquellos personajes nacionales e internacionales cuyas contribuciones a la educación, ciencias o las artes sean destacadas. Hasta ahora se han otorgado 111.

“Acepto esta distinción que me concede la Universidad con humildad y con alegría, también con la responsabilidad y el compromiso que este doctorado conlleva. 

“El día que me dijeron que México era mi casa yo me lo creí. Llegué en el otoño de 1969 y todo era nuevo para mí: sugestivo, hermoso y desconocido. Traía un puñado de canciones, algunas levemente conocidas y otras que no había grabado. Abrí parte de los corazones de este país, por donde me fui metiendo con respeto y cautela”, refirió.

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