¡Concierto histórico! Viven regios noche McNífica
El viaje musical al que fueron los asistentes fue inolvidable, pero también para el artista, porque como el público regio, ninguno
- 09
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Noviembre
2024
Sublime, histórica y legendaria, son algunos de los adjetivos que miles de regios le dieron a la gran noche que pasaron con Paul McCartney en su debut en la ciudad.
Durante casi tres horas, en un abarrotado estadio de futbol de Rayados, el músico británico llevó de la mano a los asistentes por más de seis décadas de carrera, repasando grandes hits tanto de The Beatles como de The Wings y de su vasta carrera como solista.
Pirotecnia, juegos de luces, más de 30 canciones, coreografías improvisadas, gente disfrazada y hasta una propuesta de matrimonio en el escenario fueron algunos de los elementos que hicieron de esta noche una velada difícil de olvidar en la historia musical de esta ciudad.
Cerca de las 21:45, el oriundo de Liverpool salió al escenario para interpretar "A hard day's night" y enloquecer de inmediato a la fanaticada.
Vistiendo su habitual traje negro ajustado y acompañado de su inseparable bajo Höfner, el artista se arrancó sin medias tintas con cortes como "Junior's Farm", "Letting go", "Drive my car", y "Got to get you into my life".
De McCartney al Viejo Paul (ino)
Un sello característico de Paul, en otras visitas a México, es tratar de replicar nuestro idioma... y en ese aspecto, no dudó en ponerse "regio" con los asistentes.
"Buenas noches, mis regios. ¿Qué ha habido raza? Esta noche voy a tratar de hablar un poquito de español o más bien...un chingo", fueron algunas de las frases que el inglés intentó replicar ante la algarabía de los presentes.
"Come on to me", "Let mi roll it", "Getting better", "Let 'em in" y "My valentine", fueron canciones que llevaron a los escuchas por un vaivén intenso de ritmos y sensaciones que iban de la euforia a la melancolía.
El hombre orquesta
Del bajo a la guitarra eléctrica, de ahí al Grand Piano y de ahí a otro teclado, para pasar a un ukulele y de vuelta a su Hofner. Ese fue el trayecto que el hombre de 82 años realizó cada dos canciones sin resentimiento físico aparente. Una fuente de inspiración para quienes ya lo admiraban solo por su música, sin haberlo visto antes en su pleno desempeño.
"1985", "Maybe I'm amazed", "I've just seen a face", "Love me do", "Dance tonight" y "Blackbird" mostraron la versatilidad del inglés para marcar la pauta a su antojo, siempre manteniendo contacto y tensión con la audiencia.
Para el "Cuarteto de Liverpool"
En honor a las tres o cuatro generaciones presentes, no podían quedar atrás las remembranzas. McCartney dedicó "Here today" para 'mi gran compa John', Something, 'para mi carnal George' y Lady Madonna para Ringo Starr. Estas canciones, junto al reciente éxito "Now and then" fueron acompañadas de hermosas imágenes en pantalla de los años sesenta y setenta que pusieron tristes a más de uno.
"Ob-La-Di, Ob-La-Da", "Band on the run", "Get back" encendieron de nuevo la chispa con todo y los grandes arreglos de su grupo de acompañamiento. Para cerrar el set con broche de oro cantando "Let it Be", la estridente "Live and let die" y el himno "Hey, Jude", con el estadio acompañando a todo pulmón.
El final que nadie quería ver llegar
McCartney y su banda se despidieron del escenario unos momentos, solo para retornar a todo galope con "I've got a feeling", "Birthday", "Helter Skelter", y el mítico cierre del disco "Abbey Road", con la seguidilla de "Golden Slumbers", "Carry that Weight" y "The End" para precisamente, darle cierre a una noche encantadora para chicos, grandes... pero sobre todo para los mucho más grandes, que obnubilados por haber vivido lo suficiente para ver a un Beatle en vivo, abandonaron el estadio en silencio, tomando del brazo a un hijo o a un nieto.... escuchando nada más que la lluvia persistente que ahora sí, después de Paul McCartney, al fin tenía permiso de llenar la noche.
Fotos: Gustavo Abdiel Torres
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