Rayados cayó en inauguración de Supercopa Monterrey

Ser sede de una Copa Mundial de la FIFA es algo digno de celebrar y que sin duda se debe gozar mientras dure. 

Monterrey ha comenzado a vivir el próximo mundial 2026 desde ya con algunas actividades, como la Supercopa Monterrey que arrancó este sábado. 

La atmósfera en el Gigante de Acero sin duda era distinta. Sí, jugaban los Rayados Sub-19, pero en el lugar se respiraban aires mundialistas. 

De a poco la gente fue llegando al estadio para presenciar la inauguración de este torneo juvenil donde participan equipos como Inter Miami, Lazio, River Plate, Real Betis, Palmeiras y, por supuesto, Monterrey.

Sin querer mostrar su poderío total, el show de luces y de proyección en la cancha dejó en claro que el Gigante de Acero y la ciudad están más que preparados para ser el centro de las miradas dentro de dos años. 

Todos esos sentimientos y sensaciones se potenciaron cuando arrancó el partido entre el anfitrión y el Betis de España.

Los futbolistas, aunque jóvenes, algunos ya cuentan con experiencia en Primera División y saben competir al máximo nivel.

Los cántabros tomaron ventaja en las postrimerías de la primera mitad. Un balde de agua fría para Rayados, porque fue quien más insistió para abrir el marcador. Jhon Arcila aprovechó una desatención en la zona defensiva y marcó para desatar los abucheos de los presentes.

Iniciando el complemento, Joel Domínguez le regaló un gol de nivel mundialista a todos los aficionados al fútbol que tenían su mirada en el juego.

En un rechazo, la pelota le quedó al mediocampista albiazul en una posición con la que cualquier futbolista ha soñado. Botando en los linderos del área, Domínguez acarició el balón con la parte externa del botín, dándole a la pelota una comba que le hizo imposible el tiro al arquero.

La euforia se extinguió pronto. Al minuto 62 de tiempo corrido, Luis Rodríguez volvió a otorgarle la ventaja a los visitantes.

Las más de 11 mil gargantas que asistieron al partido alentaron por Monterrey, que en los minutos finales estuvo muy cerca del empate. Alejandro Urias desbordó por el costado de la derecha y desparramó a todos los defensores hasta que hubo uno que lo derribó dentro del área. Martín Molina decidió no marcar penal y el estadio explotó en frustración.

Acto seguido, un tiro libre cobrado por el mismo Urias, se ahogó el grito de gol; el disparo pasó por arriba de la barrera y despintó la horquilla. El ímpetu albiazul terminó por cobrarles un gol en contra más; cuando todos los jugadores estaban lanzados al ataque, fue el 1-3 definitivo.

Rayados arrancó su participación en esta supercopa con una derrota, pero dando buenas sensaciones y buen espectáculo a su afición.