¿Cómo y por qué votamos? Descifrando las decisiones del votante
Las dinámicas que rigen el comportamiento electoral de cada votante, es un ‘panorama mental’, en el que intervienen pensamientos y sentimientos.
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Mayo
2024
Las elecciones, el proceso mediante el cual los electores designan con sus votos a los cargos públicos en un sistema de democracia representativa, suelen conocerse como “la fiesta de la democracia”, pero también podría considerarse como un “rompecabezas de la psicología”, debido a la cantidad y variedad de factores que intervienen en la decisión de cada votante.
“Cualquier toma de decisión, como la electoral, se compone en mayor o menor medida de razón y emoción. Por muy racionales que intentemos ser, siempre va a haber una parte de emoción que condicionará más o menos nuestra razón, lo cual también ocurre a la inversa”, explica Candela Gómez de la Calzada, psicóloga de Instituto Centta en Madrid, España.
La especialista señala que “mediante el raciocinio, podemos analizar y evaluar las propuestas de los candidatos, y plantearnos qué capacidades se necesitan para ocupar ese cargo, en tanto que nuestro lado emocional nos ayuda a valorar qué partido o candidato nos genera más sensación de rechazo o más afinidad”.
Sin embargo, “por muy exhaustivos que intentemos ser en nuestros análisis, alcanzar el raciocinio absoluto es muy complicado, prácticamente imposible”, según puntualiza.
Aunque ambos factores, la razón y la emoción, influyen en la toma de decisiones, hay personas más tendientes a dejarse llevar por un lado u otro, lo cual tiene que ver con factores de su personalidad, de acuerdo a Gómez.
Elegir ‘desde las entrañas’
“Las personas que tienen mayor reactividad emocional (neuroticismo alto), suelen dejarse llevar más por los sentimientos y sensaciones que le produce un determinado partido o el candidato, independientemente de los datos objetivos”, puntualiza.
Explica que esto “no quiere decir que la capacidad de raciocinio de estas personas sea menor, sino que la emoción empaña lo suficiente su mente como para que prioricen aquello que le “dicen las tripas”, es decir sus sensaciones interiores.
“Por el contrario, las personas con un neuroticismo bajo son más capaces de separar aquello que sienten y ceñirse más a los datos que consideran objetivos”, destaca Gómez.
Candidatos y partidos políticos
El votante suele elegir a un candidato y descartar a otros, debido a una combinación de variables, como las propuestas políticas electorales que enfatiza ese candidato; el partido al que representa; los valores asociados a dicho partido; y de qué manera el candidato defiende estas ideas, añade la psicóloga.
“Los escándalos y controversias que rodean a un candidato pueden afectar la visión del votante, pero no son una condición suficiente para cambiar su voto, si el votante lo percibe como la persona que puede solventar sus mayores preocupaciones y que tiene el liderazgo y la determinación necesarios”, afirmó Gómez.
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