Desordeno letras en Yucatán, sitio que puede resultar amenazante para quienes ven cómo se derrumba su ilusión de provenir de capitales de acero y concreto confundidas con los templos de los
El retorno de la Ley del Talión y de la observancia de la adaptación libre del primer mandamiento de la Ley de Dios como eje de la mundana vida pública, me refrescan un par de recuerdos, sin
Muchas miradas he conocido, gozado y sufrido. Las peores son las que no recuerdo y las mejores aquellas cuya luz hubiera deslumbrado mi conciencia, en caso de tenerla.
Hay las que matan, como
¿Por qué satanizar las tonterías cuando estas son expresadas sin cortapisas y a veces hasta son presumidas?
¿Acaso sacarlas del closet no es un acto honesto que muestra sin máscaras la
Las circunstancias presentes son la llave del cajón de los recuerdos.
De ahí sale el siguiente texto, vigente debido al tema que aborda y quizá comprometedor por mostrar uno de los
Podría afirmar que esta columna es de actualidad porque ilustra rasgos propios de la nueva generación de gobernantes, donde existen algunos individuos que conciben su tarea como la de los reyes
¿De qué otra cosa voy a vivir que no sea de mis recuerdos, si tan pronto llega el presente se refugia en mi memoria?
Conste, no me refiero al discurso dictado por las personas que antes de
¿Por qué si un día la autoridad ambiental de Nuevo León atribuyó sin el menor esbozo de una sonrisa la contaminación del aire a las carnes asadas, no se ha manifestado sobre los efectos de la
Si los seres humanos compartimos origen, viajamos en el espacio a bordo de una misma nave o planeta, tenemos necesidades similares y poseemos iguales derechos naturales, ¿por qué muchos
Estoy seguro de que no fui la única persona que padeció impensados ataques durante el cierre del año.
Desde mi perspectiva —¿de cuál otra podría ser, si no soy gobernante, es decir,
Si el tiempo es capaz hasta de socavar complejos, ¿qué no hará con las ilusiones y prejuicios?
El último mes del año es favorable para reflexionar, entre otras cosas, sobre los efectos
No tengo más remedio que aceptarlo: hay amaneceres en los que resulta difícil mantener el pesimismo alimentado por pretendidos “liderazgos” en el país y algunas entidades
Como si volteara a ver mi conciencia, la ventana de la recámara que ocupo muestra un paisaje obscuro.
Mientras a ciegas busco en la madrugada temas para descomponer palabras, aparece el asunto
“¡Muchacho, no seas soberbio!”, gritaba mi abuelita paterna cuando mi adolescencia descontrolada presagiaba una adultez aún más desordenada.
Tras esas palabras seguía la repetición