
Madres enfrentan batalla contra el cáncer infantil en Reynosa
El único hospital en Tamaulipas con los equipos necesarios se encuentra en Ciudad Victoria, lo que obliga a muchas familias a trasladarse a Monterrey
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Febrero
2025
Recibir el diagnóstico de cáncer en un hijo es un golpe devastador para cualquier familia. La enfermedad aparece de manera repentina y transforma por completo la vida de los menores y sus seres queridos.
En muchos casos, la leucemia, el tipo de cáncer infantil más común, se manifiesta inicialmente con síntomas similares a los de una enfermedad respiratoria estacional. Lo que en un principio parece un malestar común termina convirtiéndose en una dura realidad que requiere atención médica especializada.
Sara Hernández Martínez, madre de un niño diagnosticado con leucemia linfoblástica aguda en 2020, relata el difícil proceso que ha enfrentado su familia desde entonces.
“Ha sido bien difícil, de hecho, uno nunca se espera este tipo de enfermedades que te cambian la vida por completo. Gracias a Dios que nunca nos ha dejado solos; mi hijo en este momento se encuentra en estado de vigilancia”, expresó.
El diagnóstico temprano es clave, pero en muchos casos, los síntomas pasan desapercibidos.
“No tuvo síntomas. La verdad es que él se enfermaba mucho de la garganta. Empezamos así con temperatura, dejó de comer, entonces cuando lo llevamos al doctor particular nos dijeron que tenía infección. Como era en los meses de noviembre y diciembre, cuando es más común que los niños se enfermen, nadie pensábamos que era algo grave”, recordó Sara Hernández.
Además del impacto emocional, las familias enfrentan una dura batalla económica. Los tratamientos prolongados, los traslados y los medicamentos representan un fuerte gasto.
Sara Puente, otra madre de un menor con cáncer, señala que los costos son elevados: “A él ahorita le están haciendo cada seis meses una ecografía y me cuesta 3,800 pesos por fuera, y hasta 70,000 pesos por cada quimio; no crea que es todas, es sólo para una”.
En el Hospital Materno Infantil de Reynosa se diagnostican entre dos y cuatro casos de cáncer infantil al mes, afectando principalmente a menores de entre tres y doce años.
El director del hospital, el Dr. Eduardo López Torres, resalta la importancia de la vigilancia en la salud de los niños: “Que el niño se desarrolle bien, que tenga un buen incremento de peso, que no tenga fiebre frecuente, básicamente que sea un niño sano, y estarlo llevando cada seis meses con su médico nos va a dar la pauta para saber que nuestro hijo se desarrolla adecuadamente”.
Sin embargo, los retos no terminan con el diagnóstico. Actualmente, el único hospital en Tamaulipas con los equipos necesarios para tratar a estos menores se encuentra en la capital del estado. Aunque en Nuevo León existen unidades especializadas, los recientes cambios en el sistema de salud han dificultado el acceso a pacientes de otras entidades.
Sara Hernández Martínez explica las dificultades que esto representa para su familia: “Muy difícil, porque los estudios que se les tienen que hacer a ellos se tienen que mandar hasta Monterrey, entonces son caros y, pues, ir hasta Monterrey con las muestras es muy difícil; el hospital se apoya, pero no lo suficiente”.
Por su parte, Sara Puente recuerda la crítica situación de su hijo al ser diagnosticado: “Fue algo muy crítico, mi hijo ya cuando llegamos ahí ya traía 2.7 de hemoglobina, la sangre seguía bajando y los doctores decían que la enfermedad había llegado muy agresiva, y así como llegó, así se lo iba a llevar. Los doctores a veces no tienen el tacto para dar las noticias; ellos hablan así”.
A pesar de los obstáculos, estas madres continúan luchando para garantizar la salud de sus hijos, enfrentando cada día los desafíos emocionales, económicos y de acceso a la atención médica especializada.
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