Deja atrás sus adicciones; hoy es ministro religioso
Explica que el consumo de drogas es una vía de escape para muchas personas que padecen depresión, ya que de manera momentánea les brindan tranquilidad
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Diciembre
2023
La temporada navideña puede ser causa de alegría para mucha gente, pero es un hecho que también provoca la depresión en muchas otras.
Y es que mientras muchos disfrutan en el seno familiar, otros viven un infierno con este padecimiento mental.
Fue el caso de Ángel Montes, quien sufría de depresión que se acentuaba al final del año, y encontró un escape en las drogas… un escape que duró 15 años, en los que consumió todo tipo de estupefacientes.
“Yo vengo de una familia donde aparentemente tenía todo, pero por 15 años yo era un adicto a las drogas y ayer estaba recordando precisamente que antes de llegar al ministerio, las Navidades yo estaba en un punto de droga, extrañando los buenos momentos con la familia… y tenía en mi mente pensamientos como ‘nombre, no sirves, eres un drogadicto, mira a tu familia, están allá conviviendo y tu perdido en las drogas’”.
Hace 18 años comenzó su rehabilitación en Cristo Vive, una congregación religiosa que se dedica a rehabilitar jóvenes que han caído en las garras de la droga. Ángel nos cuenta que fue ahí donde logró vencer su adicción. El primer paso era el más difícil: reconocer que tenía un problema.
“Primero que nada hay que reconocer que se necesita ayuda, yo acudí con brujos, con hechiceros. Fui a varios lugares y no pasaban 20 días cuando ya estaba drogado otra vez, hasta que llegue a Cristo Vive y aquí yo reconocí mi condición”.
Explica que el consumo de drogas es una vía de escape para muchas personas que padecen depresión, ya que de manera momentánea les brindan tranquilidad, pero el daño es mucho mayor.
“Los Jóvenes, las personas a través de las drogas se refugian para buscar paz para su alma y huir de la depresión, entonces andan todos drogados, pero luego vuelve el estado de depresión”.
El ministro Montes señala que lamentable de esta situación es que no solo la persona adicta sufre, sino toda la familia, por ello consideró importante reconocer una adicción y buscar sanar de la misma.
“Me sentía como una persona que no servía y eso traía pensamientos a mi vida de que ‘mejor quitate la vida, no sirves’, ‘ya tu no sirves para nada’, pero realmente yo pensaba que nadie me quería, ¿por qué?, por como estaba viviendo”.
Ángel platica que fue en este lugar donde mediante el acercamiento a Dios, logró retomar su vida y formar una familia convirtiéndose en padre de tres niñas, además de que logró formarse como ministro y hoy ayuda a otros jóvenes que como él en su momento, han caído en las adicciones.
“A diario estamos recibiendo hombres y mujeres, todos los días, jovencitas de 12 años, nos las han traído en la caja de la camioneta, amarradas bien drogadas, porque ya no hallan qué hacer con ellas, entonces sabemos que es algo espiritual, es un problema en el corazón”.
Actualmente, Cristo Vive alberga a mil 150 personas en rehabilitación, un 70 por ciento padecen depresión y un 80 por ciento han intentado en algún momento suicidarse.
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